domingo, 22 de febrero de 2009

Dentro de lo económico, no deja de ser divertido


Hermosa alameda de la Colonia Juliá y Echarren. Por ahí atrás ha de estar el canal donde se bañaba el protagonista. Por pudor, no lo mostramos.


Filosofía para tiempos de escasez

Los inmigrantes europeos traían consigo el recuerdo de toda una historia de épocas de escasez. Y por consiguiente, valoraban el ahorro, la frugalidad, el aprovechamiento de lo que se tenía a mano. La ortiga, la verdolaga, el hinojo silvestre, la cerraja, el diente de león, la acelga guacha, la hoja de nabiza… todos esos vegetales que ahora desdeñamos se consumían con fruición. La caza de presas menores también contribuía a completar el menú familiar. Piches, liebres, y hasta palomas y pajaritos para acompañar la polenta, brindaban carne a bajo costo.

Este principio de vivir con poco se extendió a la generación de los hijos de inmigrantes - al menos, los que vivían y trabajaban en las chacras.

No extrañará entonces que haya quedado como apotegma de aquellos tiempos una cita textual:

-Dentro de lo económico no deja de ser divertido, dijo el Juanillo Fernández. Y se estaba bañando en pelotas en el canal.

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