sábado, 30 de mayo de 2009

Una orquesta realmente fuerte

Martín Karadagian. La música de un luchador.
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¿Recuerdan a la señora aquella de modales refinados, que en la fonda pidió “Peceto por favor, porque en el campo de comer carne estamos cansados” ?

Se le atribuye otra anécdota que, por haberse desarrollado en los años '60, requiere cierta aclaración previa.

Por entonces estaba de moda en la televisión el programa “Titanes en el Ring”, donde se enfrentaban al modo de una farsa, luchadores en disfraz presididos por el súper campeón, Martín Karadagian. Un hombre forzudo, de ancho tórax y vientre destacado, que vestía una apretada malla y botas.

Por otra parte, en la música clásica se destacaba entre otros directores Herbert von Karajan, quien había grabado, entre otras composiciones, las nueve sinfonías de Beethoven.

Escuchemos ahora a la señora, dándose importancia ante alguna conocida:

- Mi yerno es taaaan preparado... Le gusta mucho la música; pero no cualquier música. Tiene todas las sinfonías - esas grabadas por Karadagian…

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El violín aquel... otro exagerado

Luthier de tiempos de Stradivarius. No podemos asegurar que el violín que está terminando haya sido el del Colorado C.
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El Colorado C. tenía fama de ser algo exagerado. Generalmente les relataba a sus conocidos de la Villa los negocios que llevaba a cabo en los mercados internacionales, sus relaciones con lo más granado del capital y la política, y cosas por el estilo. Personalmente lo escuché narrar, sin que se moviera uno de sus rojos cabellos, que le habían encargado comprar terneros y vaquillonas en los campos que rodean a Villa Intranquila para abastecer a las carnicerías… de Curaçao. Todavía hoy me pregunto si acaso aquello no sería verdad. Y cuando pretendieron desalojarlo de su vivienda por una cuestión de dinerillos impagos, hizo gala de su relación con el Ministro del Interior – por entonces un tal Harguindeguy.

Así pues, cuando en cierta ocasión se divulgó la noticia del hallazgo en Italia de un Stradivarius que había estado oculto, y cuyo valor ascendía a una tracalada de dólares, alguien comentó el hecho en presencia del Colorado. Ni lerdo ni perezoso, el hombre salió al cruce:

- Mirá vos… años que tenía un violín ahí en casa, arriba del ropero. Ni me acordaba. Pero con esto que salió en el diario, digo, la pucha, voy ayer y miro, y era de esa marca también…


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Regina y su Indio

En la foto, el Indio Comahue, estatua situada sobre Villa Regina.
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A pedido de un lector, volvemos sobre el apodo “Regina”, mencionado en una de las primeras crónicas de Villa Intranquila. Esta vez con el acompañamiento de la foto que permite entender mejor el motivo de tal sobrenombre.

La foto indica la posición que ocupa la estatua del Indio sobre la barda en Villa Regina. Cuando localmente decimos “la barda”, nos referimos al borde escarpado de una terraza fluvial. El Indio había sido erigido con motivo de la primera Feria Exposición de Villa Regina, en 1964, y sin intención de que perdurara. Pero su autor, un constructor, hizo tan sólida la efigie (de nada menos que 12 metros de altura) que permaneció durante años en pie allá arriba. Paradojas de la argentinidad, en cuyo ámbito lo “definitivo” dura poco, mientras que lo "temporario" casi se eterniza. Bastará pensar en algunos impuestos nacidos en tiempos de don Federico Pinedo, allá por los años 30.

A la estatua se la denominaba “el indio Comahue”, transformando en nombre personal el término mapuche que se utilizaba para designar un otero, mirador u observatorio. En lo simbólico, tamaño homenaje a los pueblos originarios era toda una novedad. El término provenía de los gabinetes de planificación del estado nacional, donde se había dibujado una “región Comahue” más o menos equivalente a la Norpatagonia.

Hecho el explique previo, vayamos al apodo. En una dependencia pública de Viedma de cuyo nombre no quiero acordarme, trabajaba un señor M., al que se conocía como “el indio M”.

El Indio, hombre locuaz, abundaba en descripciones y detalles de las proezas amatorias que realizaba más de una vez por día con su señora esposa.

Los compañeros de trabajo no conocían a la señora. Tampoco sabían su nombre. Pero teniendo en cuenta los relatos eróticos del Indio, les pareció adecuado llamarla “Regina – porque siempre está con el Indio encima.”


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miércoles, 27 de mayo de 2009

Las elecciones son cuestión de huevos


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Ahora que se avecinan las elecciones, brindaremos un servicio especial a los candidatos sin distinción de rótulo ni pelaje, explicando el axioma que da título a este relato.

Comenzaremos aludiendo a la noble historia de las bolas, para luego pasar a los huevos.

El uso de las bolas con fines cinegéticos y bélicos parece ser un rasgo exclusivo e identitario de la argentinidad, desde un principio. En efecto, el arcediano Martín del Barco Centenera, en su largo y a veces ripioso poemón “La Argentina o conquista del Río de la Plata”, nos señala en versos dignos del Carlos Argentino Daneri, dueño él del punto Aleph... y de la chica del relato:

Tan sueltos y ligeros son, que alcanzan
corriendo por los campos los venados,
tras fuertes avestruces se abalanzan ((3475
hasta dellos se ver apoderados;

con unas bolas que usan los alcanzan
si ven que están a lejos apartados,
y tienen en las manos tal destreza
que aciertan con la bola en la cabeza.


No creo que muchos compatriotas contemporáneos puedan lograr con las bolas esta puntería de que hacían gala los charrúas.

Las bolas o boleadoras sirvieron también para convencer a algunos conquistadores acerca de la necesidad de mayor diálogo intercultural. Claro que los mosquetes, los perros de presa y las ballestas de los evangelizadores armados fueron más convincentes.

Pero lo que no estaba previsto por don Martín fue el uso de los huevos en las contiendas electorales. Voy al relato.

General Conesa, localidad no lejana de Villa Intranquila, era en los años que siguieron a 1983 un bastión del peronismo. Pero sucedió que en una de esas campañas un candidato local, Mariano “Chiche” Palomar, radical él, arrasó a los contrarios.

La estrategia de Chiche consistió en ponerle huevos a la campaña.

Aficionado a la cría de gallináceas, solía ir a las exposiciones de aves de Buenos Aires para comprar ejemplares de pedigree. Supo allí que los criadores desechaban cantidades de huevos de esos ejemplares finos, para no saturar el mercado. Charlando con uno y otro, Chiche logró que le regalaran cierta cantidad de esos huevos. Hay que decir que sus dotes para la comunicación lo ayudaron en esto.

En el pueblo, se dedicó a visitar a las señoras mayores que en los barrios eran las principales votantes del peronismo. Sin incursionar en temas electorales, tan sólo les señalaba que podrían mejorar los resultados de las incubaciones de sus gallinas. “Yo le voy a traer algunos huevos, doña. Pruebe y después me dice.”…

A Chiche lo reeligieron varias veces como intendente. A tal punto que alguna vez confesaba “Tengo que irme de la intendencia. Ya van doce veces que tengo que buscar discurso para el 25 de mayo, y veo que me empiezo a repetir.” Después fue legislador también.

Moraleja de este cuento para aspirantes a cargos electivos: … … … (llenar la línea de puntos).
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domingo, 17 de mayo de 2009

Romántica conversación en un baile de pueblo


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Un cuento del Tiyo Nouviale


El amigo Alfredo "Tiyo" Nouviale ha escrito un entretenido libro de recuerdos y pensamientos. En la foto pueden ver ustedes la tapa de este volumen, que abunda en datos interesantes para la historia del trabajo, la producción, el clima y las costumbres del este pampeano entre 1900 y 1970.

En muchos momentos el sentido del humor de Tiyo matiza la conversación – pues una amena conversación es este libro.

Para muestra, un relato breve: en la página 168, el autor nos describe el encuentro de una pareja de chica y chico de campo en uno de los bailes de Anchorena, Riglos o Macachín.

“No se tenía mucho argumento para hablar con la compañera: de programas de televisión no podías hablar porque no había, de estudio tampoco porque no se estudiaba, de cultura menos porque se leía poco… Y esto me hace acordar de un muchacho de campo que sacó a bailar a una chica vecina, y se entabló esta conversación:

Él: Decime, ¿no sabés si se les perdió el cojudo?
Ella: La verdad que no sé.
Él: Porque yo estaba esta mañana descascarriando una oveja en el corral y vi pasar un cojudo, y por el tipo de chancho pensé que sería de ustedes.
Ella: Le voy a preguntar a papá."
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¡Va con v corta!

Foto: con el dialecto argenchino, el Sr. M tendría harto trabajo en su Defensoría.
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El Sr. M, ombudsman de la ortografía intranquilense

Con esta tendencia a crear cargos de Defensores de esto y aquello, quizás algún día, en la reforma de la Carta Orgánica de Villa Intranquila, se prevea la existencia de un Defensor de la Ortografía. Tendría trabajo, como usted, amiga o amigo lector, puede comprobarlo en este mismo blog.

Si así fuere, propongo que para el cargo sea designado el Sr. M. Nadie más que él se ha dedicado a defender la ortografía y el buen uso del idioma, desde su condición de ciudadano.

Para argumentar a favor de mi pedido, me contentaré con traer a colación tan sólo un relato de las intervenciones del Sr. M (hay otras, detalladas en este mismo blog… pero esta vez tenemos que mantener el anonimato. por motivos que se verán).

Para ubicarnos, es preciso señalar que el negocio del Sr. M está frente al negocio del Sr. L.

En cierta oportunidad, el Sr. L había decidido renovar la cartelería de su local. Este tiene vidrieras de generosas proporciones. Allí habían pintando ya “Fábrica de ”… y el letrista estaba empeñado, con minucia y seriedad, en hacer la larga lista de productos allí elaborados.

En ese momento, el Sr. M, desde su local, percibió una tendencia errónea. ¿Cómo hacérselo saber al señor L, sin que este se sintiera incómodo?

El señor M recurrió al teléfono:

- Hola, sí… ¿con el señor L?
- Sí, ¿qué desea?
- Don L, habla un amigo anónimo. Ravioles no va con b larga, es con v corta.

M se sintió regocijado cuando vio desde su vidriera que L salía, y agitando el dedo índice le advertía al pintor…

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miércoles, 13 de mayo de 2009

La sexualidad femenina, ese dulce misterio...


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Villa Intranquila es un pueblo chico. Por lo cual uno se entera de los decires e intimidades de casi todo el mundo. Vencemos nuestros pudores, para proclamar, atentos al deber de informar el soberano, que ha llegado el momento de compartir los comentarios entre jóvenes varones que se refieren a la sexualidad femenina.


Es cierto que a veces carecen de conocimientos específicos, y por consiguiente no manejan la terminología adecuada. Pero los muchachos le ponen voluntad. Y no por eso se vuelven “afemeninaos” como dijera don Ramón Ustáriz.

Estas frases han sido escuchadas en conversaciones de muchachos de la Villa. Pensamos que algunos términos se contaminan con la vida rural y el entorno inmediato. Por ejemplo, el tractor Zétor es un elemento de trabajo muy conocido en las chacras; no es raro que lo confundan con el clítoris. Y la numerosa familia Ovando, de pobladores venidos de Chile, constituye una conspicua presencia en la Colonia.

Las frases son verídicas. Lo sostenemos hasta con la mano en el fuego exclusive (dijera un maestro de maestros):


- Y viste, ella jode con el clítor, el clítor ese...y dale con el clítor… pero yo nunca lo ví al clítor.

- Que no quería que le ande tocando la banquina. Y qué sé yo dónde es la banquina… será la zanja, digo.

- Me fui hasta Bahía el fin de semana, para /…/ con ella vistes. Y resulta que me dice que no, que no podía, que le dolían los Ovandos.

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lunes, 11 de mayo de 2009

Esas pobres minas... informa don Ecuménico

En el cartel: Dirección, Kuanip y Ahorcadas del Sur. Pobrecitas...
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Este es un hallazgo de Don Ecuménico, rastreador virtual del extremo sur. Les recomiendo visitar su blog, en el que comparte acertijos matemáticos, paisajes de Ushuaia de una belleza desgarradora, reflexiones sobre el puto cambio de un desagote de pileta y... esperamos que pronto incorpore comentarios sobre las actividades culturales de "Ush", donde hay mucho más para ver y emocionarse que por estas latitudes.


Esta vez, don Ecuménico detectó un cartel que recuerda a esas sacrificadas "Ahorcadas del Sur". No las "Orcadas", nombre copiado de las islas Orkney del Mar del Norte, sino estas pobres chicas. El comentario de Don Ecuménico me exime de mayores precisiones.


Las Ahorcadas del Sur también existen.

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jueves, 7 de mayo de 2009

¿Será un pingüino político subliminal?

Bajo la última arcada a su izquierda, el pingüino.
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Posiblemente el hombre sea partidario del gobierno actual, pero en lugar de publicitarlo, lo insinúa.


Un pingüino para aquel lado, por favor...
(Ahora sólo faltaría un estilita local sobre la columna que espera ahí al frente).
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Revolución ortográfica


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La amiga poetisa Silvia Sánchez nos envía este cartel. Sus autores merecen ser declarados miembros de número de la Real Academia Intranquilense.


Uno duda entre la ropa "husada", la paralela (una sola, más que paralela es una paradoja) de "ginacia", o la mesa de "campin". ¡Qué esfuerzo, juntar tantas creaciones en un solo cartel!


Y bueno, nos dirá algún investigador de la lengua que muta y vive: al fin de cuentas, la gente se da a entender. Quién nos dice que dentro de unos añitos la RAE no incorpore estas nuevas formas creadas por nuestra RAI...


Gracias, Silvia, y ¡bienvenida a Villa Intranquila!