domingo, 14 de junio de 2009

Significado del 20 de junio


...


No diré el nombre de la practicante, porque esto le pudo pasar a cualquiera.

La chica había leído muchísimo acerca de Manuel Belgrano, del por qué de los colores de la bandera, y demás. Le tocaba hacer su práctica organizando y dirigiendo el acto escolar del 20 de Junio.

Todo estaba muy bien preparado. Pero los nervios del comienzo la traicionaron. En rígida posición de firme frente al micrófono, embutida en su estricto guardapolvo blanco y tableado, dijo sus primeras palabras:

- Nos encontramos aquí reunidos, para festejar la muerte del General Belgrano.


...

3 comentarios:

MorganLeo dijo...

Ramon: seguramente fue un acto fallido, como dicen por ahi. Pero no es el peor: correr la fecha de una celebracion patria dedicada a recordar la obra de nuestros proceres es otro acto fallido, de la peor leche. Es la plena celebracion del fallecimiento para aprovecharlo en ocio, en lugar de aprovecharlo educativamente. No estoy en contra del ocio, solo del avance del mismo en perjuicio de la educacion. Primero lo primero. Me parece. Un abrazo

Ramón Minieri dijo...

Gracias, querido amigo!

Confiaba en que alguien diría dónde está el mayor de los disparates - no en aquel lapsus de mi pobre practicante de magisterio. Y lo has hecho con toda claridad.

Me reconforta que compartamos esta valoración y esta distancia crítica frente a la frivolización de algunas fechas, que constituye un verdadero historicidio (un genocidio, en el plano simbólico). Me enorgullece decir que amo a Belgrano, como a San Martín, (y no en función de estampita, sino en su condición de personas que lucharon por una gran causa) por lo cual me revienta que se usen estas fechas para el miniturismo. Es un modo de despreciarnos nosotros mismos. Curiosamente, el culto de importación del Halloween, al que considero nefasto por más de un motivo, no se mueve sin embargo de su fecha originaria.

¡Habría tanto, como vos dices, para aprovechar educativamente! Transformar esta conmemoración en una celebración del pensamiento nacional; especialmente porque se trata de un hombre que debiera ser recuperado en su pensamiento económico y político, en su visión integradora de vasto alcance (honrándolo en ese proyecto de monarquía incaica que el porteñismo tomó para el chiste; destacando la polisemia de los colores patrios)... Pareciera que otra vez Manuel Belgrano, este acriollado hijo de tano, tiene que volver a dejar los libros a un lado, ponerse un sable al cinto y salir a juntarse con los demás criollos; porque hasta a él lo están robando. Cuando exhumaron sus restos en Santo Domingo, allá en tiempos del roquismo, el célebre coimero Dr. Wilde se quedó con algunos dientes del prócer en el bolsillo del chaleco. Ahora la mentalidad empresaria y el hedonismo tonto se llevan lo que quedaba de él: un día de junio que puede correrse para cualquier lado.

En esta instancia preelectoral, como en todas, no encuentro mención alguna a las políticas simbólicas. Políticas que debieran proponerse, debatirse y aplicarse, para que retomemos fuerzas en nuestros símbolos compartidos - no sólo me refiero a los símbolos "patrios", sino al conjunto del patrimonio cultural popular, tan agredido y esquilmado: idioma, usos, valores... Pero sin ello, no hay proyecto nacional que valga. Parte de esas políticas, que nunca se ha puesto en discusión, es cómo hemos de hacer para volver de la degradación de estas fechas que hacen a nuestra vida como pueblo.

Me permito observar que la Iglesia, con sus tres mil años de poder asentado precisamente en lo simbólico, nos da una lección de pragmatismo político cuando no mueve sus fechas clave. No se verá que corran la Navidad del 25 de diciembre al 22. Cada fiesta fue colocada sagazmente allí donde resignificaba cultos y homenajes anteriores, y ahí quedó. No son giles, saben que en ese patrimonio simbólico finca la base de su poder.

Una vez más gracias por tu comentario, que a mi parecer señala lo que debía ser señalado. Un fuerte abrazo.

Ramón

Rita Arcelia Elizondo dijo...

Ramón: de cuantos actos fallidos y anécdotas podrá hablar. Es un orgullo para mí haber sido alumna suya en el Instituto de Formación Docente de Río Colorado. El mejor Profesor!!!. Pude ver como atendía al ansioso de aprender, al que le costaba un montón y el ritmo personal no le permitía ir con todos y extrañamente vi como algunos alumnos podían llegar a aprender y averiguar más que usted.Los mejores recuerdos. Un beso y abrazo enorme y muy sincero. Rita Elizondo - Villa Regina