martes, 4 de agosto de 2009

Otra de exagerados. Barrios y el avestruz.


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En Villa Intranquila ya no queda noticia clara acerca del Barrios protagonista de esta historia.
Pero subsiste sin embargo, venciendo al tiempo y al olvido, el recuerdo de una creativa exageración suya.

Sabrá el lector, y si no sabía lo sabe ahora, que en esta región al ñandú (Rhea Americana) lo llamamos avestruz.

Barrios contaba que en una oportunidad había encontrado un dormidero de avestruz. ¿Existirán tales dormideros? Él aseguraba que sí.

Detectado el lugar donde pernoctaba el bicharraco, allí se fue al otro día a las 6 de la mañana. Pero el ave ya no estaba en el lugar. Al día siguiente probó de nuevo, yendo a las 5 de la madrugada. Tampoco encontró al animal. Y así fue adelantando la hora de visita al sitio. Hasta que una noche, a las 3 y media, vio al avestruz allí dormido.

"Entonces fui caminando despacito despacito, así medio agachado, y me le arrimé. El bicho estaba así, con la cabeza caída para un costado. Ahí le abrí el párpado así con dos dedos, lo miré en el ojo y le dije:

¡Despertate maula, que te madrugó Barrios!"

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Relato de don Andrés Martínez

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