domingo, 6 de septiembre de 2009

Lo que vale...

Pueblo jujeño, una bella obra de Jorgelina Marchesi, en
http://www.artelista.com/autor/6822699057077723-marchesi.html

...

Hay gente poco seria y de dudosa estatura ética, que no cree en el valor de la palabra. Para esa clase de personas, un apólogo que los hará reflexionar y quizás cambiar de actitud. Nos lo envía el colaborador honorario Julián, desde Ushuaia. Hemos modificado el apellido del protagonista... un hombre de palabra.

Lo que vale…

El otro día en el laburo me contaron una historia que modificada puede ir al blog.

Había un ñato que se llamaba Giménez de apellido, oriundo de Jujuy. Cada vez que se tomaba vacaciones se iba por tierra: flor de viajecito! La cuestión que es que siempre estiraba las vacaciones: a los 30 días que tenía, le agregaba por alguna circunstancia algunos días más.

Hete aquí que una de esas veces, se va Giménez de vacaciones, pasan los 30 días y nada, 40 días y ni noticias, 45 días y todo el mundo preocupado por si le hubiera pasado algo en la ruta, etc. A los 50 días cae Giménez a laburar.

Lo llama el director para pedirle explicaciones, re-caliente con la demora del empleado para retornar al trabajo. Entonces este se despacha: no sabe usted, primeramente ya sobre el final de las vacaciones me agarré una gripe que casi me pasa para el otro lado, ni pensar en manejar, imagínese! Y cuando salgo de esa, no va que se muere -y acá le manda algún pariente muy cercano, como para justificar quedarse- así que entre velorio, entierro y todos los trámites que se imagine, recién hace 4 días pude emprender el regreso, y acá estoy…

Entonces el director, viendo que la situación había sido grave, le expresa sus condolencias, cambia el tono de la conversación, etc. Y pasado un poco el mal momento le dice que no se haga problemas, que presentando los certificados en el Departamento de personal no va a tener inconvenientes.

Entonces Jiménez se pone concluyente – y de paso, moralista: no, qué certificados ni certificados; en mi tierra lo que vale es la palabra!

Gracias, Juli.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fijate qué grado de anonimidad quisiste para el señor del cuento de Julián, que lo 'anonimaste' dos veces che. Y si le dieras una tercera alternativa - Jimenes, ponele, no lo identificarían nunca, viste?
Caroline