Acá hay que traer un gendarme...
Me pareció tan increíble este diálogo escuchado en la cafetería, que necesito verlo por escrito para aceptar que ha sucedido. Allí va, sin editar:
- Acá lo que hay que hacer… pedir un gendarme. O dos, mejor
- ¿De dónde sacaste? Tás loco…
- Acordaaate lo que yo te digo. Porque entre los chorros, las maestras en la ruta, ahora los productores… Y cuando te quieras acordar, van a estar entregados todos los gendarmes. Viste que ya mandaron a Buenos Aires. Ahora piden en San Martín de los Andes, no?
- Pero acá no hacen falta…
- Eso decís ahora. Bueno, pero ponele que no hagan falta: son tipos entrenados, hay que darles de comer y alojarlos nomás…
- Y por qué no pedís de Prefectura también… (irónico).
- Ah, no? Se puede decir que hay que controlar el movimiento del río… y traés también unos tipos gratis. Te digo: hay que pedir ahora. O va a pasar lo de siempre… para cuando acá se avivan, ya no queda nada.
Caro lector: en la Villa, a gatas hay un robo importante por bimestre. Las maestras no han degollado a nadie, ni los ruralistas. Lo juro por lo más profano (que suele ser lo más divertido también).
Pero nos quedamos todos callados.
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