jueves, 26 de marzo de 2009

Acá hay que traer un gendarme. O dos...

Gendarmes en la frontera noroeste recuperan un puercoespín (noviembre de 2007).


Acá hay que traer un gendarme...




Me pareció tan increíble este diálogo escuchado en la cafetería, que necesito verlo por escrito para aceptar que ha sucedido. Allí va, sin editar:

- Acá lo que hay que hacer… pedir un gendarme. O dos, mejor


- ¿De dónde sacaste? Tás loco…

- Acordaaate lo que yo te digo. Porque entre los chorros, las maestras en la ruta, ahora los productores… Y cuando te quieras acordar, van a estar entregados todos los gendarmes. Viste que ya mandaron a Buenos Aires. Ahora piden en San Martín de los Andes, no?

- Pero acá no hacen falta…

- Eso decís ahora. Bueno, pero ponele que no hagan falta: son tipos entrenados, hay que darles de comer y alojarlos nomás…

- Y por qué no pedís de Prefectura también… (irónico).


- Ah, no? Se puede decir que hay que controlar el movimiento del río… y traés también unos tipos gratis. Te digo: hay que pedir ahora. O va a pasar lo de siempre… para cuando acá se avivan, ya no queda nada.

Caro lector: en la Villa, a gatas hay un robo importante por bimestre. Las maestras no han degollado a nadie, ni los ruralistas. Lo juro por lo más profano (que suele ser lo más divertido también).



Pero nos quedamos todos callados.

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