Alambrar… por si acaso
En los últimos días han alambrado el local de la Biblioteca Popular de Villa Intranquila, que está en pleno centro, frente a la plaza. Para prueba, la foto.
Quizás se ha cercado el predio de este modo para preservar el espacio verde ubicado ante la entidad, y que se está plantando con arbustos. Esperemos que no erradiquen la bella planta de palán palán que orna el muro sin exigir cuidados.
Hay quien recuerda los tiempos, que creíamos superados, en que la Plaza del General Trasladado estaba cuidadosamente cercada con un alambre de gallinero, de esos con celdillas romboidales. Y un molinete daba acceso al espacio verde. Con estos dispositivos se evitaba la irrupción de los caballos.
En cuanto a la Biblioteca, algo de esta transformación física me dejó pensando. No me refiero al opinable criterio de estética corralera; he de aceptar que vivo en un país donde el Mercado de Hacienda de Liniers, todo con mayúsculas, y la Sociedad Rural Argentina, dictan los estados de ánimos, y establecen modas selectas como las prendas de carpincho y el neoliberalismo. Al fin de cuentas, la Feria del Libro se lleva a cabo en el predio que le hemos obsequiado a la SRA. Lo que me deja cavilando son los objetivos de la medida. ¿Se procura evitar que los perros vagabundos ingresemos en el templo del saber? O más bien, más bien quizás, se apunta a que las ideas allí contenidas no salgan a trastornar la ciudad...
Marzo de 2009.
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