martes, 18 de noviembre de 2008

Palabras de intendente. Harvard y los alevinos.



Plazoleta en La Adela, sobre el río (frente a Villa Intranquila). En ella hay estatuas de la Sirenita y dos cisnes en una fuente que no tiene agua. También hay dos montañas artificiales hechas con piedras filosas, por lo que han sido alambradas para evitar peligros a los niños. En una de las montañas hay una gruta u hornacina artificial, vacía. Sobre un costado otra fuente, también sin agua, está presidida por una columna que exhibe varias bandejas superpuestas. Estatuas y demás ornamentos han sido pintados en azul o en dorado. En la misma población se encuentra el Monumento al Broche, que incluiremos próximamente. (Foto cortesía de Caroline Holder).


Palabras de intendente:
Harvard y los alevinos





Villa Intranquila ha sabido tener intendentes pintorescos. Uno de ellos, el ya mentado de “no es vida la de los pobres muertos”.

Este otro, que ha dejado varias frases memorables para el patrimonio cultural de la Villa, era hombre de trabajo que no había tenido muchas oportunidades como para completar su educación. De todos modos, como demostraba ser una persona con perfil de ejecutor, y de no empantanarse en debates partidarios, los ciudadanos lo eligieron – y más de una vez.

Cuando volvió de uno de esos cursos de capacitación que ofrecía la provincia para los intendentes, relató el encuentro en una entrevista para la televisión. De paso, supimos que había aprendido a decir Harvard:

- Muy bueno, che, vieras lo que era eso… Le ponían una mesita a cada uno, con papel en una carpetita, y birome… Un vaso de agua… Cada tanto un cafecito.. Y claro, sabés, el curso era nada menos que de la Universidad de Hóuar…

En otra oportunidad, celebró las actividades de siembra de peces realizada por personal de Piscicultura de la provincia:

- Está bueno porque ahora vamos a tener truchas de nuevo en el río. Como un millón de aluviones han sembrado.






(Narrado por L. P.)

1 comentario:

Qbits dijo...

Monumento al broche, de no creer; aunque en este bendito país hay cada monumento, cerca de la ciudad donde vivo existe el "monumento a la biblia" al trasnochado que gobernaba, vecino de esa ciudad se le ocurrió y hoy tenemos ese monumento (es como un libro abierto a mitad de camino entre la primera y última página, nunca al comienzo o al final, es raro ¿no? el escultor tiene siempre el prurito simétrico, el encanto que las medidas de tendencia central producen). Saludos.