jueves, 25 de septiembre de 2008

Conservemos las instituciones

Conservemos las instituciones

Aquel buen señor del campo se había separado de su esposa, tras varias infidelidades de ella. Después conoció a otra dama, y pensó que con ella podría rehacer su vida, como suele decirse. Reunió a los hijos en torno a la mesa familiar, y les planteó la idea:

-Bueno hijos, yo pensaba juntarme con /aquí el nombre de la dama/.

Envarado y solemne, el hijo menor le hizo saber su opinión con una frase que ha pasado a ser parte del acervo filosófico local:

-Mire papá, p… por p…, me quedo con mamita.

Cuando alguien en el pueblo dice “me quedo con mamita”, todos entienden: más vale conservar lo que se tiene. (Cuento de circulación generalizada.)

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