lunes, 29 de septiembre de 2008

Relatividad de las estadísticas

Las dudas acerca de la validez de los índices y estadísticas no han nacido en estos días.

En 1968, por motivos que no hace al caso explicar, caímos con unos amigos a hora temprana de la mañana en Algarrobo (estación Juan Cousté) a mitad camino entre Río Colorado y Bahía Blanca.

Teníamos que comenzar a trabajar a eso de las 9 en la Biblioteca Popular. Pero eran apenas las 8, de modo que nos dedicamos a dar vueltas por el pueblo. Como suele ocurrir, comenzamos a opinar sobre la cantidad de habitantes que tendría el pueblo.

En medio del debate, vimos a un policía que andaba de recorrida. Pensamos que podríamos conseguir datos ciertos de una fuente oficial, de modo que lo abordamos, y tras saludar, le hicimos la pregunta.

Nos miró muy seriamente y nos respondió, mientras meneaba la cabeza a un lado y otro:

- Noooo... eso no se puede saber.

Temiendo haber amenazado algún secreto de Estado (eran tiempos del onganiato, y había que andar mirando para los costados), seguimos pendientes de la explicación del agente:

- Porque imaginesé... usted saca la cuenta, bueno. Pero después nace uno, se muere otro, hay gente que se va... y ustedes nomás son cuatro que vinieron hoy... Así que no, no se puede saber.

(Un recuerdo personal del recopilador.)

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