utilizada como local electoral.
Universal, obligatorio... y secreto
Se producían intervalos tan largos entre una elección y otra, golpes militares y gobiernos de facto mediantes, que la gente se olvidaba de los usos electorales. Esto que narraremos sucedió en algún momento de los años 60.
Aquella señora, ya mayor, entró al cuarto oscuro y allí estuvo un largo rato. El cuarto oscuro era una de las aulas de la Escuela 18 (la “escuela cabecera” fundada en 1906). Las fiscales y la Presidenta se consultaron con la mirada, y finalmente se aproximaron a la puerta del cuarto oscuro. Golpearon discretamente, y como nadie respondía, entraron.
Se producían intervalos tan largos entre una elección y otra, golpes militares y gobiernos de facto mediantes, que la gente se olvidaba de los usos electorales. Esto que narraremos sucedió en algún momento de los años 60.
Aquella señora, ya mayor, entró al cuarto oscuro y allí estuvo un largo rato. El cuarto oscuro era una de las aulas de la Escuela 18 (la “escuela cabecera” fundada en 1906). Las fiscales y la Presidenta se consultaron con la mirada, y finalmente se aproximaron a la puerta del cuarto oscuro. Golpearon discretamente, y como nadie respondía, entraron.
Para esto, la señora ya venía encaminándose hacia la puerta. Salieron pues todas, y esperaron que ella pusiera el sobre con el voto en la urna. Pero para sorpresa de las autoridades comiciales, la ciudadana sufragante no traía sobre alguno en sus manos.
Le pidieron el voto, y ella manifestó, con expresión triunfal de “a mí no me embroman”:
-¡El voto es secreto!
Después de muchos expliques, la doña entendió la cosa. Entonces confesó que había metido el voto, por una ranura, en el interior de un mueble del aula. Hubo que llamar a la portera de la Escuela, que llave en mano ayudó al rescate de aquel voto… muy secreto.
(Narrado por Delly Barrionuevo, “Negra”)
Le pidieron el voto, y ella manifestó, con expresión triunfal de “a mí no me embroman”:
-¡El voto es secreto!
Después de muchos expliques, la doña entendió la cosa. Entonces confesó que había metido el voto, por una ranura, en el interior de un mueble del aula. Hubo que llamar a la portera de la Escuela, que llave en mano ayudó al rescate de aquel voto… muy secreto.
(Narrado por Delly Barrionuevo, “Negra”)
1 comentario:
felicitaciones por este espacio que se pone cada vez mejor, junto a el ave simurgh son bombita. Desde la plata se te sigue. Un saludo cordial, nos estamos viendo. Lautachalas
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