viernes, 17 de octubre de 2008

Cuestión de documentos

Cuestión de documentos

El cuento no es de Villa Intranquila, pero bien podría serlo. Me narra este sucedido un amigo de una pequeña localidad bonaerense.

El Pulga Pereyra se había separado de su cónyuge. Esta había formado pareja con otro hombre. Todo de entrecasa y sin intervención judicial ni de registro civil. Pero en determinada ocasión el Pulga (cuyo desmedrado aspecto físico justificaba el apodo) se encontró con ella, se pusieron a conversar, y… en fin.

Cuando estaban en un rítmico escarceo, llegó repentinamente el nuevo compañero de la dama. Levantó al Pulga en vilo y comenzó a propinarle sopapos y puñetazos. Como el Mulá con la receta, el Pulga atinó a argumentar:

- Pero vamo’ a los papele’… vamo’ a los papele…

En la literatura oral del pueblo, cuando un tema es discutido y se reclama una prueba documental, se rememora “Vamo a los papele, dijo el Pulga Pereyra”.

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