Enriquezca su vocabulario: in-reparable
Villa Intranquila fue durante varias décadas (1930 - 1970), sin darse cuenta, una comarca cooperativa. Teníamos cooperativa eléctrica; de crédito; de panificación; de productores con su aserradero, frigorífico, bodega y galpón de empaque; de industrialización y exportación; de ganaderos… Algunas siguen hasta hoy; otras se han transformado en empresas de las que sólo queda el nombre cooperativo; otras languidecen o han perecido.
Era lindo ver antaño cómo la mayor parte de los vecinos se animaba a participar en las asambleas y aceptaba que la designaran en los consejos directivos de estas entidades, donde el compromiso era gratuito y no exento de sinsabores. Allá iban, pequeños comerciantes, chacareros, maestros, empleados, y desempeñaban el mandato.
A este hombre lo habían puesto de presidente de la Cooperativa Eléctrica. En un mal momento, porque aquel verano fue difícil para él y para los vecinos. Sólo había una usina térmica en la Villa, y esta por momentos no daba abasto con la demanda de los frigoríficos y galpones. De modo que cada dos por tres se producían cortes de luz, salpimentados con los improperios de los vecinos que se acordaban de las madres y abuelas de los sufridos consejeros y directivos de la Cooperativa.
Villa Intranquila fue durante varias décadas (1930 - 1970), sin darse cuenta, una comarca cooperativa. Teníamos cooperativa eléctrica; de crédito; de panificación; de productores con su aserradero, frigorífico, bodega y galpón de empaque; de industrialización y exportación; de ganaderos… Algunas siguen hasta hoy; otras se han transformado en empresas de las que sólo queda el nombre cooperativo; otras languidecen o han perecido.
Era lindo ver antaño cómo la mayor parte de los vecinos se animaba a participar en las asambleas y aceptaba que la designaran en los consejos directivos de estas entidades, donde el compromiso era gratuito y no exento de sinsabores. Allá iban, pequeños comerciantes, chacareros, maestros, empleados, y desempeñaban el mandato.
A este hombre lo habían puesto de presidente de la Cooperativa Eléctrica. En un mal momento, porque aquel verano fue difícil para él y para los vecinos. Sólo había una usina térmica en la Villa, y esta por momentos no daba abasto con la demanda de los frigoríficos y galpones. De modo que cada dos por tres se producían cortes de luz, salpimentados con los improperios de los vecinos que se acordaban de las madres y abuelas de los sufridos consejeros y directivos de la Cooperativa.
Por entonces ya había un noticiero local en la televisión. Los bisoños periodistas fueron a entrevistarlo al presidente de la Cooperativa Eléctrica, que estaba trabajando en su taller. Se limpió las manos con un trozo de estopa, se cuadró frente a las cámaras y comenzó a explicar:
- La gente tiene que entender que los cortes son in-re-pa-ra-bles. La misma palabra te lo dice: inreparables. Eso quiere decir que nunca se sabe cuándo van a suceder. Me entienden... Inreparables.
(Vivido por el autor del blog en 1978).
- La gente tiene que entender que los cortes son in-re-pa-ra-bles. La misma palabra te lo dice: inreparables. Eso quiere decir que nunca se sabe cuándo van a suceder. Me entienden... Inreparables.
(Vivido por el autor del blog en 1978).
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