Martes, 9 de la mañana…
Este cuento filosófico se refiere también a la relatividad de las percepciones del tiempo según la idiosincrasia de cada uno – ejem.
Érase un célebre vago de la localidad que estaba conversando una mañana con un amigo, después de un fin de semana largo. De pronto miró el reloj y reflexionó:
- Maaartes… nueve de la mañana… la semana está perdida.
(Atribuido al Sr. R., de circulación general.)
ESTE ES UN BLOG ABANDONADO, PERO...
Hace 3 años
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